
El diagnóstico es el procedimiento más importante previo a cualquier tipo de tratamiento médico, odontológico u ortodóncico. Mediante el diagnóstico el doctor podrá identificar y cuantificar cualquier tipo de alteración ortodóncica.
Además, algunos de estos registros diagnósticos también son utilizados durante el tratamiento y no solo para la realización del diagnóstico y estudio del caso inicialmente. Así, el doctor utilizará estos registros diagnósticos para comprobar el progreso individual del tratamiento de cada paciente, pudiendo comparar la situación inicial del paciente con cada una de las fases del tratamiento y valorar así el correcto progreso del tratamiento.
Mientras se está en fase de tratamiento también pueden requerirse registros diagnósticos adicionales para controlar el progreso del tratamiento. Igualmente, cuando se cambia de fase de tratamiento (por ejemplo, de fase de pretratamiento interceptivo a fase de tratamiento activo con brackets) también puede ser necesario realizar algunos registros diagnósticos intermedios para valorar los cambios obtenidos y ajustar el plan de tratamiento.
Al finalizar el tratamiento y retirar la aparatología, el doctor puede necesitar nuevos registros diagnósticos. Estos nuevos registros diagnósticos se emplearán para planificar el programa de retención, controlar las caries de los dientes y determinar la posición de sus muelas del juicio. De esta forma, se puede determinar qué cambios podrían ocurrir en el futuro debido al crecimiento o al movimiento de los dientes, instaurando el programa de retención más adecuado para cada caso.